Para el taoísmo, el árbol es una planta muy poderosa.
1. Absorbe anhídrido carbónico y lo transforma en oxígeno.
2. Absorbe fuerzas negativas y las transforma en positivas.
3. Enraizado en la Tierra, su raíz sube hasta el cielo, atrayendo la energía terrestre
y la Fuerza Universal del Cielo.
Árboles y demás plantas absorben luz para transformarla en alimento. Sólo 30%
de su alimento son agua y sales minerales.
El árbol puede vivir largo tiempo.
El árbol es la planta más avanzada espiritualmente.
El árbol ama a sus sanadores y amigos. Su “idioma“ es una sutil energía. Para
comprenderlo, entable relación con el árbol.
Un árbol nos ayuda a abrir nuestros canales energéticos y a tener calma, presencia
e identidad.
Por nuestra parte, podemos ayudarlo a eliminar sus bloqueos y partes
desvitalizadas.
¿Cuál árbol es el mejor?
Los mejores árboles para producir sustancias curativas son los más grandes,
especialmente los PINOS.
Los pinos irradian chi, nutren la sangre, fortalecen el sistema nervioso y ayudan a
alcanzar una edad avanzada. Además, nutren el alma y el espíritu.
Los pinos son “árboles inmortales“. La antigua poesía y pinturas chinas rebosan de
admiración por ellos.
Fuera del pino, hay muchos otros árboles o plantas útiles.
Los más grandes contienen el máximo de energía.
Y los mejores son los que están cerca de corrientes de agua.
Algunos árboles son más cálidos o calientes. Otros, son más fríos. Con la práctica,
conocerá las propiedades de las diversas especies.
1. El ciprés y el cedro bajan la temperatura y proporcionan energía Yin.
2. El sauce ayuda a eliminar el exceso de humedad en el cuerpo. También baja la
presión sanguínea y fortalece las vías urinarias y la vejiga.
3. El olmo calma la mente y fortalece el estómago.
4. El arce ayuda a reducir el dolor.
5. El algarrobo ayuda a eliminar el calor interior y a mantener en equilibrio la
condición cardíaca.
6. La higuera de Bengala purifica el corazón y ayuda a eliminar la humedad
corporal.
7. El canelo puede eliminar el frío del corazón y del estómago.
8. El abeto ayuda a amortiguar los moretones. Reduce la transpiración y cura las
fracturas óseas.
9. El espino fortalece el tracto digestivo. También baja la presión sanguínea.
10. El abedul baja la temperatura del cuerpo, elimina la humedad corporal y
detoxifica el organismo.
11. El ciruelo nutre al bazo, estómago y páncreas. Calma la mente.
12. La higuera elimina el exceso de temperatura corporal aumentando la salivación.
También nutre el bazo y ayuda a curar la diarrea.
13. El ciprés ayuda a fortalecer la vejiga y atenuar los problemas urinarios en las
mujeres.
Si nos conoce, el árbol absorbe nuestra energía. De ahí que sea más accesible que
aquéllos más apartados del contacto humano.
Los parques urbanos y los patios suburbanos tienen árboles deseosos de tenernos
a su lado.
Hay dimensiones que hacen a un árbol más accesible al ser humano.
Si un árbol es demasiado chico, no tendrá suficiente energía para usted.
Y si es muy grande, usted deberá procurar que el árbol se interese en usted.
Para curarnos, lo mejor es elegir un árbol de tamaño mediano, grande y robusto.
Trepe a un árbol buscando no causarle daño. Establezca una comunión con el
árbol.
Hay formas mejores que otras de acercarse, interactuar, retroceder y bajar de un
árbol. Trate de crear un rito de comunión con el árbol.
Este rito de comunión puede aplicarse a todo: árboles, rocas, seres humanos o
animales. Pero lo que sigue atañe al mundo de los árboles.
En primer lugar, cada árbol (como cada persona) tiene una personalidad, deseos,
en suma, una vida propia.
Algunos árboles quieren darnos toda la energía que necesitamos. Otros son
débiles o enfermos y precisan de nuestra energía curativa.
Hay árboles que disfrutan de la compañía humana. Otros son bastante indiferentes.
Crezca relacionándose con todos ellos. Trate de ser respetuoso y abierto. No los
obligue a nada.
El árbol debe ser más que una simple fuente de energía chi. Déle amistad, alegría
de vivir y amor.
Los árboles operan en una escala mayor que nosotros.
Vuelva una y otra vez al mismo árbol para establecer una relación.
Visítelo a menudo para que aguarde ansioso su visita.
La comunión espiritual con un árbol es un poco como hacer el amor. De ahí que la
relación entre ambos tendrá que basarse en los dos grandes pilares de
sensualidad y cariño.