Dienstag, 27. Februar 2018

A LA HORA DE LA MUERTE...


¿Muere también nuestra consciencia? ¿O sigue con vida? 
La ciencia inmaterial sostiene que la consciencia puede seguir con vida tras la 
muerte del cuerpo físico. Sobre esto, la Escuela Médica Lagone de la Universidad 
de Nueva York ha publicado 2 estudios, uno de origen europeo, el otro, 
norteamericano, referentes a personas que, tras un paro cardíaco, ya no daban 
señales de vida, para luego “resucitar“ milagrosamente. 

Eran personas que, al dejar de latir sus corazones, la sangre no irrigaba más al
cerebro, que dejaba de funcionar. 

La corteza cerebral, la “parte inteligente“ del cerebro, no da más señales de vida. 
Pasados 2 a 20 segundos, desaparecen las ondas cerebrales del monitor eléctrico.
Eso desencadena procesos celulares que llevan a la muerte de células cerebrales,
un proceso que puede durar horas tras el paro cardíaco.

Según los citados estudios, tras su muerte biológica, el paciente era aún capaz de 
percibir todo “desde fuera“ de su cuerpo, por así decir.

40% de los pacientes británicos siguieron conscientes tras ser pronunciados 
clínicamente muertos y antes de que sus corazones fueran reactivados.

Un paciente de 57 años supuestamente ya “muerto“ recordaba haber visto todo el 
proceso de su agonía.El cerebro deja de funcionar una vez que el corazón cesó de latir. Pero en este 
caso, la percepción consciente continúa hasta pasados 3 minutos del momento en 
que el corazón cesó de latir, aunque normalmente el cerebro deja de funcionar 
entre 20 y 30 segundos después de que el corazón cesó de latir. El hombre 
describió todo lo ocurrido en la habitación. Aún más, dijo haber escuchado dos 
señales de una máquina que hace un ruido cada 3 minutos. Lo nos decía sonaba 
muy verosímil. Todo lo que según él había sucedido era verdad. Este fenómeno 
suele atribuirse a alucinaciones o ilusiones, pero no hay prueba alguna que haya 
sucedido en este caso“ -- Dr. Sam Paima, autor principal del estudio
                                              
De 2000 casos de paro cardíaco, sobrevivieron nada menos que 330. De éstos, 
140 siguieron conscientes durante el tiempo en que estuvieron clínica y 
biológicamente muertos. Algo verdaderamente pasmoso, con dos posibles 
explicaciones:

1. La conciencia sigue “viva“ tras la muerte física.
2. La actividad cerebral tras la muerte física es la que crea esta experiencia.

La segunda explicación es muy improbable porque una actividad cerebral así 
tendría que ser minúscula. Más aún: ¿cómo saber si hay actividad cerebral si no 
podemos medirla? Recordemos: esta gente estaba biológicamente muerta.

La primera explicación es más plausible, especialmente en relación con otros 
descubrimientos en neurociencia y física cuántica. Según Eugene Wigner, un físico
teórico, ingeniero y matemático, “es imposible formular las leyes de la mecánica 
cuántica en forma coherente sin hacer alusión a la consciencia“.

Muchos científicos, inclusive Max Planck, el padre de la mecánica cuántica, 
sostienen que la consciencia es la columna vertebral de la materia física, no al 
revés. Así, desde una perspectiva cuántica, la consciencia no precisa de la materia
física para existir. 

El hecho de que la “consciencia“ sea algo no físico no convence a algunos 
científicos. Que la consciencia sea inmaterial no es del dominio de la ciencia, 
sostienen. Lo cual no es cierto. Numerosos estudios indican que es posible medir 
un fénomeno no físico de varias formas.Ciertos científicos y filósofos materialistas se niegan a aceptar esta clase de 
fenómenos por ser incompatibles con su particular concepción del mundo. El 
rechazo de la investigación posmaterialista de la naturaleza o su negativa a 
publicar los hallazgos científicos que acreditan una estructura posmaterialista son 
contrarios al verdadero espíritu de la investigación científica en lo que se refiere a 
la necesidad de considerar en su debido marco a los datos empíricos. Los datos 
que no encajan dentro de las teorías y creencias en boga no deben ser 
desechados a priori. Eso sería ideología y no ciencia“ -- Dr. Gary Schwartz, 
profesor de psicología, medicina, neurología, psiquiatría y cirugía de la Universidad
de Arizona, Estados Unidos


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