Samstag, 26. Mai 2018

EL MISTERIO DEL NÚMERO 23

Siete es el número de la suerte.

Trece es el número de la mala suerte.

¿Y el 23?

El 23 es “el número del acontecer”. Esta es la creencia. Y es verdad. Muchos sucesos tienen que ver con el número 23. 

Y esta creencia es conocida como el Enigma 23.

William Burroughs, el autor de “The Naked Lunch” (“El Almuerzo Desnudo”), fue uno de los primeros en ocuparse del Enigma 23.

En 1960, Burroughs conoció a un marino, el Capitán Clark, que se jactaba de que en 23 años nunca había tenido un solo problema de navegación.

¿Nunca? Pues ese mismo día, el barco de Clark se hundió, arrastrando a la muerte a Clark y el resto de la tripulación.

No sólo eso. El mismo día también, Burroughs escuchó en la radio que un avión de pasajeros se había estrellado en la península de Florida. Era el vuelo 23 y el piloto también se llamaba Clark...

Más adelante, Burroughs refirió el extraño caso a otro escritor, Robert Anton Wilson, quien, sin pensarlo dos veces, decidió incluir el número 23 en su trilogía de novelas “Illuminatus” escrita en colaboración con Robert Shea.

Y ahora, algunos ejemplos del poder del número 23:

Cada célula del ser humano contiene normalmente 23 pares de cromosomas, de los cuales 22 son iguales en hombre y mujer, pero no así el número 23, el cromosoma sexual, que es diferente en ambos sexos. La mujer tiene dos cromosomas X, mientras que el hombre tiene un cromosoma X y un cromosoma Y.

Julio César murió apuñalado por sus enemigos en el Senado romano. Las puñaladas habrían sido... 23...

William Shakespeare nació el 23 April de 1564. Su muerte a la edad de 52 años fue el 23 de abril de 1616. El número 23 es la constante en ambas fechas.

Salmo 23 (El Señor es mi Pastor) es el más famoso y citado de los Salmos.

La primera transmisión en código Morse fue “¡Ved lo que ha hecho Dios!”, un pasaje de Números 23.23 (Antiguo Testamento).

El famoso ocultista Aleister Crowley se atribuyó la invención de la V de la victoria de Winston Churchill. Decía que la había creado como un símbolo místico contra la esvástika nazi. La señal de la Victoria (V) es hecha con dos dedos en alto y los restantes dedos de la mano abajo.

Una de las muchas teorías conspirativas sobre los ataques terroristas conocidos como 9/11 señala que los números de la fecha (9+11+2+0+0+1) suman 23.

Si, el 23 es un número prodigioso. Y poderoso...

 

Montag, 21. Mai 2018

3: EL NÚMERO PERFECTO

El concepto de Trinidad existe ya miles de años, como lo atestiguan las historias sobre la creación, los mitos, los escritos religiosos y los textos sagrados de todo el mundo.

Sin embargo, la Trinidad sigue siendo considerada como un producto de la iglesia católica romana, en especial del Concilio de Nicea (año 325), que decidió que la Trinidad era la triple manifestación de la persona de Dios

La Trinidad es uno de los misterios sagrados más “brumosos“, uno que continúa siendo debatido en el mismo catolicismo, dado que los creyentes insisten en saber por qué la “persona“ de Dios es plural y no singular.

En su libro Buda Viviente, Cristo Viviente, Thich Nhat Hanh, un monje budista vietnamita, compara los conceptos de la Trinidad occidental y oriental. En una reunión con el clero cristiano, le advirtió al Sacerdote que “en mi opinión, todos llevamos en nosotros la semilla del Espíritu Santo, la capacidad de sanar, transformar y amar. Al tocar esa semilla, estamos en condiciones de tocar a Dios Padre y a Dios el Hijo“. 

Esto es, Hanh nos presenta la idea de la Trinidad como el directo conocimiento de la Divinidad más allá de todos de todos los nombres y etiquetas.

3: El Número Perfecto


El número 3 es el número perfecto, el que unifica las dualidades. Así, el ser humano tiene una triple naturaleza: cuerpo, mente, espíritu

Para los cabalistas, el 3 es el número de la integración.

Es posible que la Trinidad sea sólo un símbolo del proceso de creación y no tanto la personificación de lo divino. De ahí que continúe siendo fuente de frustración y polémica en la Iglesia Católica: es que, para decirlo gráficamente, están buscando a Dios en el sitio equivocado.

Si vemos a la Trinidad como un proceso de unión con el Todo, entonces Dios Padre es el Creador, su Hijo es la Creación y el Espíritu Santo es el hálito divino que insufla vida en la manifestación física, o sea, en el proceso de Crear.

En suma: es el Creador Creando la Creación. El Padre. El Espíritu Santo. El Hijo.

Por lo tanto, si hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios, somos “trinidades andantes y parlantes“, en otras palabras, creadores creando la creación.