Montag, 26. November 2018

LOS SUEÑOS DE DIOS

Dios nos habla en sueños.

Para saber si lo soñado es realmente un “sueño de Dios”, debemos considerar lo siguiente:

1. ¿Es un sueño “bíblico”?

La Biblia advierte: ¡cuidado con el espiritismo, la hechicería, el ocultismo y lo paranormal!

¿Me alentó el sueño a hacer cosas contrarias a Dios? Si es así, no es un sueño de Dios.

2. ¿Es un sueño “revelador”?

En la Biblia, los sueños siempre son reveladores. Vayan dos ejemplos:

Un sueño reveló al Apóstol Pablo que su misión sería en Macedonia y no en otra parte.

La Escala al Cielo reveló a Jacob un aspecto de Dios que hasta entonces le parecía incomprensible.

3. ¿Permanece el sueño en la memoria?

Al contrario de la mayoría de los sueños, recordamos a los sueños de Dios. Además, los recordamos vívidamente. E inquietan nuestro espíritu. Aquí, “inquietar” no significa algo malo, sino aquello que no es normal para nuestro espíritu.

Por ejemplo, el rey Nabucodonosor tuvo un sueño. Un sueño interpretado por el profeta Daniel. El rey dijo, “He soñado un sueño, y mi espíritu se ha perturbado por saber el sueño” (Daniel 2:3)

Un sueño de Dios no es igual a un sueño común y corriente. Lo recordamos porque nos entusiasma y porque es más vívido que otros sueños.

4. ¿Qué pasa si el sueño desaparece de nuestra memoria?

Para saber si un sueño es de Dios, hágase esta pregunta: ¿Es un sueño que luego se esfumó? ¿Qué semejanza tiene este sueño con otros que tuvo de Dios?




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