Todos
soñamos 1-2 horas por noche. Y puede suceder que Dios nos hable en
sueños. ¿Pero cómo saber si esto es verdad?
Pues,
hay tres maneras de saberlo:
1.
El sueño viene con una marca o seña sobrenatural: una información
“de arriba”, del cielo, sobre algo que normalmente no sabemos o
algo referente a un tiempo futuro.
Jesús
dijo que si oramos a Dios, ”Él te hablará de cosas grandes y
ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).
Dios
quiere ayudarnos a reconocer su voz, ofreciéndonos signos
sobrenaturales, pequeños indicios de que es Él realmente
quien nos habla.
Respondió
Jesús y les dijo: De cierto os digo que me buscáis, no porque
habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os
saciasteis – San Juan 6:26).
En
nuestros tiempos, la señal puede ser muy sencilla, por ejemplo, que
el sacerdote o pastor predique el mismo mensaje que usted tuvo en
sueños. O que durante el día le pasen cosas que son como un eco de
lo que usted ha visto en sueños. Quizá lo llama un amigo y le
repita el mismo mensaje. O usted ve el mismo escenario en el
transcurso del día.
2.
Es parte de una conversación
El
sueño es una de las formas de Dios para hablarnos, pero no la única.
Es parte del diálogo que Dios mantiene con cada uno de nosotros.
Si
usted ha tenido un sueño y cree que es de Dios, hágase esta
pregunta: ¿De qué me ha hablado Dios últimamente? ¿De qué he
hablado yo en mis oraciones?
3.
Contiene divina sabiduría
Entre
la multitud de sueños, suele haber uno que sobresale nítidamente.
Es la respuesta a una pregunta que usted le ha hecho o que le permite
encarar con calma una situación en su vida. Es algo que suena
parecido a todo lo que Dios le ha estado diciendo, algo que realmente
Dios le diría.
En
última instancia, se trata de captar la voz de Dios en la noche, así
como captamos su voz durante el día. En este diálogo, reconocemos
su voz en la Biblia, en un sermón o bajo la forma de una voz pequeña
y calma, de una impresión o a través de un sueño.
Soñar
con Dios puede indicar nuestro deseo de acabar con la presión y el
estrés que a diario soportamos. Queremos que la responsabilidad y la
carga emocional que eso significa sea asumida por alguien capaz de
soportar una presión así.
A
veces, aceptar que la situación que atravesamos es excesiva nos
permite encarar la incertidumbre que el futuro encierra para
nosotros.
“El
sueño de Dios” también puede ser una muestra de benevolencia y
misericordia de un Dios dispuesto a sacrificarse a sí mismo para que
la humanidad viva mejor.
Soñar
con Dios puede indicar que usted posee esas mismas cualidades de
misericordia y sacrificio o que, por el contrario, carece de esas
cualidades. Quizá le convendría trabajar como voluntario o bien
ayudar a un miembro de su familia en dificultades.
Soñar
con Dios puede indicar que le preocupa lo que otros puedan pensar
sobre lo que usted decide. Quizá tomó en el pasado decisiones de
las que ahora está arrepentido.
Ver
a Dios en sueños también puede significar que usted no necesita
sentirse culpable. Pida perdón a Dios para así eliminar de su
inconsciente toda la carga que está soportando.
Ver
a Dios en sueños puede indicar que, igual que Dios es el creador de
los cielos y de la tierra, también nosotros llevamos en nosotros
este don de creación y el don de traer vida a este mundo.
Soñar
con Dios puede ser reflejo de nuestras creencias religiosas y las
emociones que sentimos con respecto a Dios.
Ver
a Jesús en sueños puede ser una advertencia de que otra persona nos
está controlando.
Aun
agobiados por la carga que llevamos sobre hombros, lo cierto es que
un gran poder vela por nosotros. Su misión es cuidar de nosotros y
ayudarnos en nuestro camino por la vida.
Ver
a Dios en sueños puede significar que usted anda perdido en este
mundo y debe reencontrarse consigo mismo. Quizá tomó decisiones que
ahora lamenta o quizá sólo ha pensado en ganar dinero, descuidando
a su familia. Descubra las prioridades en su vida.
El
sueño de Dios podría significar... “¿qué son para mí
espiritualidad y religión?” O bien puede indicar que usted es un
perfeccionista. O que ansía algo fuera de su alcance. ¿Acaso se ha
propuesto metas inalcanzables?
Quizá
necesite cambiar su manera de ver. Por ejemplo, verse a sí mismo
rezándole a Dios significa que usted lamenta todo lo negativo en su
vida.
Dios
hablándole puede simbolizar su remordimiento. Pero, ¿por qué
siente remordimiento?
Soñar
que Dios tiene ojos azules es señal de que Dios es su guía
espiritual.
Ver
en sueños a Dios orando o diciendo su nombre o el nombre de alguien
próximo a usted puede ser un aviso: ¿Está todo en orden en mi
vida? Quizá sea el momento de hacer un control médico. También
puede ser una señal de enfermedad.
Ver
que Dios lo observa desde una distancia sin ir a su encuentro puede
ser un aviso: ten cuidado.
Guárdese
de hacer algo incorrecto, hay quienes esperan que lo haga.
Guárdese
también de una persona próxima a usted que lo está manipulando en
su propio beneficio.
Si
Dios señala a alguien, vea a quién o a qué señala.
Si
es algo oscuro, podría tratarse de mala suerte.
Si
es claro y luminoso como el sol. podrían ser buenas nuevas.