Vivimos tiempos peligrosos y es natural que tengamos miedo. ¿Miedo de qué? No olvidemos...
Estamos en manos de Dios. Y Dios nos ama.
Y tampoco olvidemos: cuanto más oscura la noche, más cercana la aurora.
Para los lectores (y aquéllos que aún no lo son) de Río del Olvido - Cómo prepararse para el 21 de diciembre del 2012, he aquí algunas consideraciones sobre el Calendario Maya y los caóticos tiempos que nos toca vivir:
La resonancia de la Tierra o Resonancia Schumann ha pasado de 7,8 hz a 12 hz en tan sólo seis años.
Conclusión: estamos al borde, no del colapso definitivo, sino de una nueva civilización humana.
Cuando la resonancia de la Tierra llegue a los 13 hz, será el punto cero. La Tierra dejará de girar y, pasados 2-3 días, girará otra vez, pero en sentido contrario.
La Tabla de Esmeralda de Hermes Trimegisto dice que lo que está más abajo es como lo que está arriba y lo que está arriba es como lo que está abajo.
¿Qué significa esto? Significa que los ciclos de la Tierra (por ejemplo, los ciclos de los días y de las estaciones) se repiten puntualmente a nivel cósmico, o sea...
COMO ES ABAJO, ES ARRIBA.
¿Y qué dice el Calendario Maya? Dice que...
El día galáctico (de 25.625 años) incluye cinco ciclos menores (de 1.025 años cada uno).
El primer ciclo es la Mañana galáctica.
El segundo ciclo es el Mediodía galáctico.
El tercer ciclo es la Tarde galáctica.
El cuarto ciclo es el Atardecer y la Noche galácticos.
El quinto y último ciclo (¡¡el actual!!) es la Noche y el Amanecer galácticos.
¡Nos encontramos pues en pleno Amanecer galáctico!
Para los Mayas, la Vía Láctea, con su centro, el Hunab Ku, es la gran Madre Cósmica.
El año 2012 fue el Amanecer de un nuevo día galáctico de 25.625 años.
Los mayas llaman katún a un periodo de 20 años (13 años, según otros).
El presente katún, iniciado en 1992, finalizó en el 2012. Es el Amanecer del quinto y último ciclo, seguido en el 2012 por la nueva Mañana galáctica.
El actual katún se caracteriza por enormes cambios: cataclismos naturales, conflictos bélicos e interreligiosos, crisis políticas y económicas y, a nivel personal, desarreglos psíquicos, irritabilidad y nerviosismo, confusión, agresividad, etc.
El campo magnético de la Tierra seguirá debilitándose hasta desaparecer del todo. Como resultado, habrá gran confusión y desconcierto. Es como abandonar una cárcel en la que hemos estado presos durante mucho tiempo. Aun así...
¡No tengamos miedo! ¡Aceptemos sin vacilat el desafío! ¡Seamos los arquitectos del Nuevo Mundo por venir!
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