Montag, 3. Oktober 2016

SI NO LO LEYERON, LÉANLO AHORA


Comprendo, sí.

Vivimos tan estresados. Tantas cosas que hacer todos los días.

De ahí que se nos "escapen" sin querer artículos como éste que publiqué hace poco.

Bueno, a no hacerse problema. Eso sólo agravaría el estrés.

Aquí les ofrezco nuevamente el artículo en cuestión. Y eso, porque le asigno una tremenda importancia.

Aquí va, pues.

¿SE ENFERMARON? RÉCENLE A DIOS

Quisiera hablarles de Dios. Aunque reconozco que eso de hablar de Dios...

Ustedes saben a qué me refiero, ¿no? Me refiero a que "Dios", así, entre comillas, es algo propio de las religiones e iglesias.

Bueno, así al menos lo cree la mayoría de la gente y...

¡Y punto!

Y sigamos. Que no es de este "dios" entre comillas del que quisiera hablarles, sino del verdadero Dios, creador del Cielo y de la Tierra (y del Universo entero).

Pero entonces por qué...

Sí, ¿por qué no lo invocamos al caer enfermos?

¿O no es cierto que Dios es lo contrario de enfermedad?

Sí, claro...

Y como Dios es lo contrario de enfermedad, quién mejor que Dios para curarnos, ¿no?

Sí, claro...

¿Qué esperan entonces (pregunto) para rezar, a toda hora y todas las veces que puedan, la siguiente oración?

"¡Dios Querido! ¡Gracias por curarme! ¡Gracias, infinitas gracias!"

¿Eso es todo?

Sí, eso es todo. ¿Para qué quieren más?

Y una última recomendación:

Recen la oración y después...

¡Olvídense!

Y vuelvan a sus actividades de todos los días. Que Dios ya se ocupará DE TODO.

¿Que no? ¡Pues ya verán! ¡Ya verán de lo que es capaz!

NOTA IMPORTANTE: Cuando se sientan enfermos, acudan a un profesional de la medicina. Sin por eso dejar de rezar la oración, se entiende. ¿Que si pueden cambiarla? Es claro que pueden cambiarla, pero a condición de respetar su esencia.

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