Según el astrofísico escocés Duncan H. Forgan, los seres terrestres no encuentran
huellas de vida inteligente extraterrestre debido a que estas muy avanzadas
civilizaciones han lanzado un complot contra la humanidad.
Forgan agrega que en la Vía Láctea no hay ningún “club galáctico“, sino al contrario
“pandillas galácticas“ muy alejadas unas de otras. La condición para ser miembro de
estas “pandillas“ es haber evolucionado durante 250.000 años. Ahora bien, como nuestra historia como especie apenas si cuanta 200.000 años, el
consiguiente “castigo“ es no poder realizar contactos con otras civilizaciones.
Ya el físico Enrico Fermi había puesto en evidencia la discrepancia entre nuestra
creencia en la existencia de civilizaciones extraterrestres tecnológicamente muy
avanzadas, por un lado, y la carencia de “huellas” sobre la existencia de estas
civilizaciones, por el otro. Tal contradicción, según Fermi, indicaría que “nuestra
percepción o nuestras observaciones son erróneas o incompletas”.
El físico australiano Ronald Bracewell ha tratado de explicar esto como un complot de
civilizaciones extraterrestres contra la humanidad.
Uno de los pioneros de los viajes espaciales, el científico ruso Konstantin
Ziolkowski, sostiene similares ideas sobre el particular.
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