Donnerstag, 30. November 2017

¿QUÉ PASA CUANDO NOS MORIMOS'

En realidad, no sabemos. 

Aun así, la mayoría de nosotros diría que el ser humano es un espíritu que habita 
un cuerpo físico durante un tiempo equis (un espíritu que nunca deja de sentirse 
infinito, no sujeto a tiempo alguno).

A la muerte de nuestro cuerpo físico, emprendemos el gran viaje del que nos 
hablan las experiencias cercanas a la muerte.

¿Es verdad que ciencia y espíritu marchan por vías paralelas, sin nada en común? 

No, no es verdad. 

Por ejemplo, en uno de los grandes dilemas de la vida humana, a saber, qué pasa 
cuando morimos, ciencia y espíritu no divergen, sino que convergen. 

Eso también lo sabía Einstein: “Aquellos seriamente interesados en la ciencia, 
saben que en las leyes del Universo anida un espíritu. Un espíritu vastamente 
superior al del hombre. Un espíritu que nos sume en humildad“.

¿Y qué nos dice sobre esto Rupert Sheldrake, el biólogo, bioquímico y 
parapsicólogo conocido por su teoría de la resonancia  mórfica?:La mejor forma de abordar la cuestión de si hay o no hay vida después de la 
muerte es nuestra experiencia. Así, cuando soñamos, tenemos la experiencia de 
algo parecido a un cuerpo alternativo. Al soñar, hacemos cosas que nuestro cuerpo
físico no hace cuando duerme, por ejemplo, puedo estar paseando, hablando con 
alguien, puedo aun estar volando. Pero estas actividades (que se dan en un 
cuerpo) ocurren en mi cuerpo del sueño, no en mi cuerpo físico. Porque mi cuerpo 
físico yace dormido en la cama. Al soñar, es como si tuviéramos cuerpos paralelos.
Dónde exactamente, ésa es otra cuestión, aunque obviamente, es un espacio 
vinculado a la mente o la conciencia. Pero tampoco podemos estar seguros de que
ese espacio esté limitado a la cabeza. Eso es lo que la gente suele pensar, pero yo
no lo acepto. Tampoco acepto que la conciencia anida toda ella en la cabeza. 
Pienso que, en cada acto de visión, nuestra mente va más allá del cerebro. La idea
de una vida después de la muerte se relaciona con las experiencias 
extracorporales en las que nos vemos flotando fuera del cuerpo o bien con sueños 
lúcidos en los que somos concientes de estar soñando, lo que nos permite ir a 
determinados sitios mediante el control de nuestro sueño. Pienso que morir es 
como un sueño del que ya no despertamos. El dominio de la conciencia en 
nuestros sueños puede existir independiente del cerebro, porque no es un dominio 
físico. Es un campo de la posibilidad o de la imaginación. Es un campo de la mente.
Es posible seguir viviendo en una especie de mundo onírico y cambiar y 
desarrollarnos en ese mundo sin estar sujetos al cuerpo físico. Si es o no posible, 
ésa ya es otra cuestión. Pero a mí me parece posible. Las experiencias 
extracorporales y las experiencias cercanas a la muerte acaso quieran indicarnos 
que es eso precisamente lo que nos espera cuando morimos. Cosa que recién 
sabremos a la hora de la muerte... Y lo que pase entonces podría muy bien 
depender de nuestras expectativas. Puede ser que los materialistas y ateístas 
convencidos de que la vida después de la muerte es sólo un vacío, realmente 
experimenten ese vacío. Puede ser también que sus expectativas influyan sobre lo 
que está ocurriendo. Y los que creen que irán a un reino celestial, con oasis y 
palmeras y jóvenes danzarinas de ojos almendrados, es posible que reciban eso. 
También puede ser que la vida después de la muerte esté muy condicionada por 
nuestras expectativas y creencias, de la misma manera como lo son nuestros 
sueños“. 

Todo lo cual nos lleva a formular las siguientes preguntas decisivas: 

¿Qué es lo que ocurre exactamente cuando nos morimos? 

¿Son alma y conciencia inmortales? 

¿Está nuestra existencia terrena subordinada a un plan superior?:

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